TIPOLOGÍA DEL INFORTUNIO

Es un placer para la Galería Modus Operandi iniciar esta nueva temporada del 2019 con la exposición «Tipología del infortunio», un proyecto instalativo que el artista Ricardo Sánchez Cuerda ha concebido ad hoc para el espacio de la galería y bajo cuyo titulo explora el mundo de las emociones humanas. Para el artista, éstas no son sino meros referentes inexistentes en las estadísticas y en los sistemas oficiales de contabilizar la calidad de vida de los habitantes de un país.

Las emociones consideradas negativas como el dolor, el sufrimiento, la tristeza o la melancolía, son denostadas por un sistema social que encumbra la felicidad como sistema de vida, convirtiendo a los estado de ánimo opuestos a ésta en estadios de desgracia, inadecuados e inaceptables.

El infortunio, sin embargo, es frecuente, y esta exposición es un homenaje a la Angustia como emoción universalmente rechazada y oculta, para reflexionar sobre la necesidad de incorporarla a un sistema social que la elude y desprecia cuando se trata de la más excelsa y sofisticada de las emociones. Al ser negada, posiblemente, también sea la más abundante de las mismas, al ser ignorada, olvidada socialmente y arrinconada.

Su proyecto pretende investigar en dos campos: por un lado el fascinante proceso de elaboración de la felicidad absoluta y sus múltiples manifestaciones sociales. La felicidad rabiosa y sin fisuras del sistema. De su sistema y de cualquier otro. Y por otro lado, el reconocimiento del infortunio como estado natural y real de la materia humana. La valoración del estado de desgracia, de desequilibrio y negatividad, como posición a incorporar, celebrar.

Galería Modus Operandi
Madrid,

¡TELÓN!

La uniformidad del espacio propia de la modernidad dio paso con la postmodernidad en los años ochenta del siglo pasado a la diversidad del tiempo. Con el reconocimiento de la estructura lingüística de la producción artística se introdujo la narración, la teatralidad. El arte dejó de ser un mero objeto y el espectador devino agente, posibilitándose además, la inclusión de elementos no necesariamente artísticos como el género o los usos sociales.

En esta exposición, Ricardo Sánchez Cuerda ha establecido un estimulante diálogo con el espacio de la galería, instalando varias piezas que remiten al concepto de angustia y que tienen su origen en diferentes vivencias de su propia infancia y del entorno familiar. Y lo ha hecho articulando un discurso simbólico con diversas ramificaciones por las que el espectador puede transitar y confrontar sus particulares y ocultas angustias en esta suerte de distopía social en la que ¿vivimos? obligados a una inacabable persecución de la felicidad a través del acelerado consumo de objetos, de emociones y del propio planeta. Asistimos a la plena vigencia del espectáculo anunciado por Debord y definido no sólo en términos de representación si no en las relaciones sociales del capitalismo para subsumir todo dentro de la representación: «[el espectáculo es] una relación social mediatizada a través de las imágenes».

Una representación que, en el caso de los papeles que desempeñamos los individuos en la vida cotidiana, el artista sospecha que podría ser similar a la asignación de papeles a los actores por parte del autor de una obra de teatro y, por lo tanto, condenados a repetirlos cada día y cada noche cuando se abre o se cierra el telón.

Jorge Díez Acón
Madrid,